He decidido contar el viaje en partes para así poder ir hacerlo tranquilamente y no necesitar un año para subir todas las fotos a la vez. Después de tanto sufrimiento con los preparativos, el viaje fue bastante bien, sin más sobresalto que un par de "¡Ay! ¿Dónde he metido la cámara/cartera/móvil? Ay, no la encuentro, no la encuentro, ay, ¡ya me la han robado! (respiración contenida) ... Ah no, que estaba en el otro bolsillo".
El autobús hasta Freiburga salía de
Colonia a las 7.45. Teniendo en cuenta que tenía que ir de Brühl a
Colonia (unos 20 min.) y luego hasta las parada (otros 10 minutos
más), salí de casa a las 6 y media. Esa noche dormí bastante mal
porque me dio por pensar que el tren que iba a coger para ir a Köln no pasaría. Mi subconsciente esperaba que algo saliera mal y
no dejó de torturarme (así de masoca soy yo). A pesar de saber a ciencia cierta que ese
tren pasa a cada hora las 24 horas del día, no pude dejar de pensar
que justo ese día no iba a pasar. A las 6 y media, después de una
ducha y un minidesayuno me fui a la estación de Brühl. Para mi
tranquilidad, el tren sí que pasaba (evidentemente) y de hecho,
había más gente esperándolo.
Llegué a las 7.30 a la parada del
autobús sin más complicaciones y poco después me monté, preparada
para pasar seis horas interminables. ¡Seis horas!
Parece un montón, la verdad, pero me
pasé la mitad durmiendo y la mitad leyendo, así que no se me hizo excesivamente largo.
A las 14.00, con un adelanto de 20
minutos (el conductor del autobús, más majo, nos dijo: “tenemos
un problema. Hemos llegado 20 minutos antes, así que si queréis nos
podemos quedar todos aquí hasta que llegue la hora” xD) y con el
culo plano, llegué a Freiburg. Me tomé un café, cogí mi plano y
salí a la aventura.
Plano de la ciudad y recorrido por el centro |
Cuando llevaba un rato andando, miré
para atrás y vi la silueta de una iglesia. Como había leído algo
sobre ella en la entrada de una blogger, decidí que merecía la pena desviarme un poco
para verla.
Ahí empezó a chispear, pero poca
cosa, de momento.
Empecé el recorrido que me había
marcado en el mapa, disfrutando de las vistas y, salvo un par de
veces que perdí la orientación, no me perdí.
Teatro de Freiburg |
Andando andando llegué al
ayuntamiento. Y al lado está la oficina de turismo. Los días
festivos solo está abierta un par de horas (no sé muy bien cuándo),
así que nada, seguí con mi plano casero.
Oficina de turismo |
St. Martinskirche |
Si te desvías un poco por la
Turmstraße, puede ver el ayuntamiento más antiguo de Freiburg, la
Gerichstlaube, construido en 1303.
De camino al Münster está la Haus zum Walfisch, donde vivió Erasmo de Rotterdam.
Cuando llegué al Münster diluviaba.
Según Wikipedia, Freiburg es la ciudad alemana con más días de
sol. Y a mí me llovió. Como veis no juego a la lotería porque no
sabría que hacer con tantos millones...
El Münster, por cierto, es una
catedral preciosa de color rojizo situada en la plaza central. La
torre se puede visitar y puedes ver la ciudad desde ahí, pero cuando
fui era Viernes Santo y estaba cerrada. Los propios ciudadanos de
Freiburg fueron los que la financiaron. A día de hoy está en obras
(malditas obras).
Foto del interior sacada de estrangis |
Plaza del Münster con la Selva Negra de fondo |
Después de las reglamentarias 53545803450 fotos
al Münster y a los alrededores: Alte Wache (la antigua guardia),
historisches Kaufhaus (un mercado contruído en 1520) y
erboschöfliches Palais (empleado antiguamente como lugar de reunión
de los caballeros y luego como lugar de residencia del arzobispo),
continué hacia el Stadtgarten algo empapada y un poco harta de la
lluvia. Aunque me apetecía meterme en algún sitio cubierto, no dejé
que el agua me impidiera disfrutar de la ciudad. Total, mi
abrigo es impermeable.
Seguí el camino y poco a poco fue
dejando de llover (¡bieeeen!). Salió el sol y parecía que no había
caído ni una gota de agua. Aprovechando el buen tiempo repentino
volví al Münster para hacer un par de fotos decentes.
Ya me quedaba poco por ver de la
ciudad. La Schwabentor, una de las puertas principales de la ciudad,
estaba en obras. Un poco más alejada está la siguiente, la Martinstor. Se
construyó a principios del siglo XIII y en el siglo XX se le añadió
unos metros de altura.
Por último, no me podía ir de allí
sin echar un vistazo a la universidad.
La verdad os hará libres |
Cansada después de tanto andar (a todo
esto, he de decir que tuve que llevar la mochila a cuestas todo el
camino porque las taquillas de la estación estaban fuera de
servicio) me fui para el albergue. Todavía me quedaba por visitar el
Schlossberg, una montaña desde donde se puede ver toda la ciudad.
Pero para eso sí que necesitaba dejar la mochila si no quería
volverme a casa con la espalda rota. Dejarme los pies en la subida
mereció la pena. Las vistas desde allí son increíbles. Y además,
como había llovido (de hecho, en ese momento se puso de nuevo a
llover...), el olor a tierra mojada y a plantas húmedas era maravilloso.
Freiburg es la puerta de la Selva Negra y se nota.
Y si la ciudad es preciosa, el suelo no se queda lejos. ¿El suelo? Sí, el suelo. Delante de muchas tiendas, iglesias, incluso de la universidad hay mosaicos que indican a qué se dedica ese lugar. Además, unos pequeños "canales" recorren la ciudad llenos de agua.
El albergue, por cierto, me encantó. Tenía un aire muy hippie, los muebles eran cada uno de una manera y todo estaba decorado muy... eso, muy hippie. Estaba muy limpio, tenía cocina, sala común y ordenadores con internet gratis. Las duchas parecían máquinas del tiempo, de verdad. Dormí en una habitación para ocho personas (todas chicas, eso sí), pero muy a gusto. Si le tuviera que poner un defecto sería que el suelo, al ser de madera, cruje bastante, por lo que en cuanto alguien se levantaba o pasaba por el pasillo, se oía bastante. La habitación no tiene lave, pero te dan un candado para tu armario (cuesta 5€ que te devuelven cuando te vas). Yo salí encantada de allí.
El albergue, por cierto, me encantó. Tenía un aire muy hippie, los muebles eran cada uno de una manera y todo estaba decorado muy... eso, muy hippie. Estaba muy limpio, tenía cocina, sala común y ordenadores con internet gratis. Las duchas parecían máquinas del tiempo, de verdad. Dormí en una habitación para ocho personas (todas chicas, eso sí), pero muy a gusto. Si le tuviera que poner un defecto sería que el suelo, al ser de madera, cruje bastante, por lo que en cuanto alguien se levantaba o pasaba por el pasillo, se oía bastante. La habitación no tiene lave, pero te dan un candado para tu armario (cuesta 5€ que te devuelven cuando te vas). Yo salí encantada de allí.
Que chulada las fotos de Freiburg :) Que suerte la tuya con el tiempo pero me alegro que lo hayas disfrutado igualmente
ResponderEliminarMe apunto la ciudad como sitio a visitar, aunque creo que la lista se va a ampliar a todo tu viaje
Besos guapa
Esto es solo el principio, ya verás, ya! :)
EliminarIntentaré ir sacando huequecillos para seguir contando. El tema son las fotos, que tardan mil años en cargarse, pero poco a poco ;)
Un beso, bonica! :)
Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhh Freiburg :D
ResponderEliminarJajajajaj momento de histeria :). Me ha encantado la entrada, estoy deseando leer las partes que faltan. Especialmente sobre los castillos, empiezan a ser mi debilidad.
Te comprendo con la paranoia, solo falta que hayas organizado algo para ese día para que al tren le de por no tener decencia alguna y no aparecer. Además en tu zona igual no es así (al fin y al cabo no vives en una aldea perdida en el bosque xD), pero aquí te avisan en el último momento de que no hay trenes, y como no hay alternativas ni ventanilla en la que quejarte, te fastidias o te fastidias, no queda otra.
Freiburg parece una pasada, la tengo en mi lista desde hace años y ten por seguro que cuando vaya volveré a leerme esta entrada para organizar una visita en condiciones. Lo viste todo, por lo que parece! :) Y con la mochila a cuestas, me declaro tu fan desde ya (ya lo era, pero dicho así queda más dramático y eso xD)!!!!!!!!!!!!!!!!
Espero que la vuelta al trabajo no haya sido demasiado dura, aunque cierta historia sobre un pájaro que he leído por ahí sugiere lo contrario... ánimo ;).
Un beso!
Ahí esto, sacando huequecillos. El problema es que las fotos tardan mil años en subirse y cuando encuentro un hueco, empiezo a subir unas cuantas y se pasa el tiempo y solo he subido tres o cuatro... ¡Maldito blogger! -.- Pero lo intentaré subir antes de irme a España, no se que con tanto sol y playa (por favor, playaaa) se me olvide jajaja
EliminarSí, hija. Quise seguir tu consejo y dejar la mochila en las taquillas, pero estaban todas fuera de servicio. Y ahí que me fui, a recorrerla ciudad con mi amiga a cuestas xD
Me pareció que Freiburg tiene mucho más que ofrecer y que me quedé un poco "en la superficie", pero con el tiempo tan restringido y la mochila tampoco puede una verla entera. Aunque realmente, creo que "ver entera" una ciudad es un concepto bastante utópico.
Y lo del pájaro... Malditos gatos -.- Fue un momento de histeria bastante gracioso xD (bueno, gracioso ahora, en ese momento casi me da algo xDD).
Un beso, preciosísima! :)
OOhh Freiburg parece un sitio precioso! Me encantan las fotos que has subido!
ResponderEliminar¡Lo és, lo és! :D Una visita casi obligatoria para todo el que esté por estas tierras ;)
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