Si por algo es conocida la ciudad de Brühl es por sus palacios y los maravillosos jardines que los rodean.
¡Mirad que maravillas hay a tan solo 10 minutos de la casa!
¿Qué puedo decir de estos primeros días? Hay dos partes, la buena y la mala.
La buena es la familia. ¿Cómo podría no decir eso cuando me recibieron con champán y con un ramo de flores y bombones en la habitación? Y, por supuesto, un cartel en la puerta dándome la bienvenida.
El armarito del aseo estaba lleno de cosas (champú, gel, espuma, pasta y cepillo de dientes, compresas...). Me podeis imaginar dando saltitos y flipando. Después de lo que se lee por ahí, estas cosas te hacen poner esta cara
Estos primeros días me han enseñado la ciudad y también Colonia, que está a unos 20 min. en tren. Me han ayudado muchísimo con el tema de banco, escuela de idiomas, rollos burocráticos... Además, están muy atentos por si me falta algo o necesito algo. Hoy hemos ido al súper y cada dos por tres me decían que cogiera lo que quisiera. Al final he acabado con un bote de Neskuik para mí solita (*-*)
Podríais pensar: bueno, eso es lo que debería hacer una familia. Sí, pero podrían decir: hala, búscate la vida (en cuyo caso estaría en un tren dirección München porque no he encontrado el correcto, seguro xDD).
Los niños son un AMOR. Tienen sus cosas, como todos, pero son muy abiertos y cariñosos. El primer día ya me abrazaban y me trataban como si me conocieran de toda la vida. Supongo que será porque desde los 2 años han tenido au pairs. Eso hace que sean más abiertos ante otras culturas y ante otras personas.
¿Lo peor? La HOSTIA lingüística. Con mayúsculas y todo. Y es que la escuela de idiomas no nos prepara para esto. El primer día acabé con un agobio tremendo porque no entendí casi nada. Y lo peor es que ellos pensaban que sí. Imaginaos que papelón, ellos hablando con total normalidad y yo con cara de: sí sí (pero ni zorra de lo que me decían -.-).
Poco a poco los voy pillando más. También es cuestión de acostumbrar el oído y los tonos (al padre no le entiendo casi nada, parece que hable con una servilleta en la boca). Pero poco a poco. Muchas veces, sobre todo durante la cena, ellos hablan y hablan y yo desconecto xD Y es que si tuviera que estar atenta a todo lo que dicen para entenderlo todo, ya estaría de camino a España con el cerebro frito.
No sé si a alguien más le habrá pasado, pero las noches son lo peor de lo peor. Cuando me acuesto se me cae el mundo encima. Me doy cuenta de que no estoy en mi casa y que tardaré mucho en volver...
Aunque a día de hoy, he de decir que he cambiado bastante el chip. Mi cerebro ya ha asumido que estoy aquí y que me voy a quedar. Que es una experiencia maravillosa y que los Siete Dioses me han enviado a una familia estupenda. Habrá que intentar mirar el lado positivo, ¿no?
¿Y por qué montaña rusa sentimental? Porque pasas de pensar "es la mejor experiencia de mi vida" a "es el mayor error de mi vida" en 3 minutos. Y así todo el día. Cuando algo sale mal, te hundes (aunque sea la mayor tontería del mundo como equivocarte de cubo de la basura). Pero cuando algo sale bien, aunque solo sea que has entendido una ironía que ha dicho la madre en el desayuno, te sientes como una diosa. Podéis imaginar que eso multiplicado por mil, agota.
También he de añadir que estos días son un poco más extraños porque los niños están de vacaciones. Y como soy "el juguete nuevo" no me dejan ni mear tranquila. Así que en cuanto empiecen el Kidergarten tendré más tiempo para mí.
De momento estoy haciendo un máster en construcción con legos.
(Tengo que añadir que a la mitad los niños se han cansado de la casa y yo, cabezona de mí, la he terminado sola. Uno de ellos me decía: "Patri, mira esto" y yo "Sí sí, ¡mierda! ¿Dónde está la maldita pieza azul?" xDDD)
Mañana tengo libre, así que dormiré hasta tarde (pooooor fiiiiiiiiin!) y me iré a dar una vuelta más intensa por la ciudad. Además, tengo que comprarme un móvil alemán. Al principio cuando vine quería un smartphone (aquí hay bastante buenos precios y tarifas). Pero ahora creo que será mejor un movil-piedra para llamar y poco más. Estos días que he estado sin móvil no lo he echado de menos, así que de momento con esto me apaño.
Dentro de dos semanas empiezo la escuela de idiomas. Ya os contaré cómo me va.
Por el momento os dejo una foto de mi nuevo mejor amigo: