Es
imposible no comparar Dusseldorf y Colonia: su situación a orillas del Rin, su importancia en la región, el carnaval... Mi HM nació aquí y gracias a
que tenía que resolver unos asuntos me ofreció la posibilidad de ir
con ella gratis. No me lo tuve que pensar dos veces.
Düsseldorf (Dusseldorf en español) es
la capital del Bundesland NRW. A pesar de no ser tan grande como
Colonia, esta ciudad moderna y elegante se ha convertido en un
importante centro tanto de negocios como artístico de Alemania.
Al igual que Köln, el Rin atraviesa
totalmente la ciudad aunque su nombre se lo debe a un pequeño río
llamado Düssel. Son muchos los personajes históricos que han pasado
por aquí y la han mencionado en sus textos: Napoleón la denominó “la
pequeña París”, la visita de Goethe dejó huella en su obra
Poesía y verdad y el poeta Heinrich Heine escribió varios poesías sobre esta, su ciudad natal.
Entre la antigua Colonia yl la joven Dusseldorf siempre hubo tiranteces que han perdurado a lo largo del tiempo hasta llegar a nuestros días. ¿Y de dónde viene esta rivalidad? Dusseldorf se fundó en el año 1288 y empezó
a crecer a pasos agigantados. A Colonia, orgullosa de sus orígenes
romanos y de la historia que le rodeaba, le “molestó” que este
pequeño pueblo (como todavía lo siguen denominando) consiguiera
cada vez más importancia en la región. Esto se agravó todavía más
cuando después de la guerra declararon a Dusseldorf capital del
Bundesland. Algunas anécdotas a destacar de este odio que nos cotó mi HM en el camino es que, por ejemplo, durante
un tiempo no había señales en las carreteras que indicaran como
llegar a Dusseldorf desde Köln (aunque no al contrario, recordemos que los ofendidos son los colonenses) y, por supuesto, no hay NINGÚN bar
en Colonia donde se sirva la típica cerveza de allí (mientras que
en Düsseldorf sí que se puede encontrar un par de lugares donde se
pueda comprar Kölsch).
Esta vez nuestra ruta no empezó en la
Hauptbahnhof sino en una parada de tren algo lejos (que es donde nos
dejó mi HM). Desde allí cogimos el tren hasta la Hauptbahnhof y
luego un metro hasta el centro (parada Steinstr./Königsalle). En
realidad no está muy lejos y se puede llegar andando, pero ya que
teníamos el billete del primer viaje lo aprovechamos.
La Königsalle (Avenida del Rey),
también conocida como “Kö”, es el orgullo de los habitantes y
es considerada (o por lo menos eso pone en los folletos) una de las
calles comerciales más bonitas del mundo. Es una calle preciosa,
atravesada por un pequeño “río” donde se encuentran muchas de
las tiendas más pijas selectas del mundo. Como fuimos en domingo no
pudimos entrar en ninguna (ya veis, me quedé con las ganas de
comprarme una gargantilla en Cartier), pero ver escaparates es
gratis y con eso nos sobraba. Al final de la avenida hay un Tritón
que, según dicen, la vigila.
Seguimos andando y llegamos a las puertas de dos de los museos más importantes de la ciudad y de Alemania. Como ya he dicho, Dusseldorf es un centro artístico de gran relevancia y sus museos no son menos. Entre ellos se encuentran el Museum Kunst Palast (que tiene obras de arte europeo desde la Edad Media hasta la actualidad), el K20 Kunstsammlung am Grabbeplatz (centrado en el arte del siglo XX, tiene obras de Picasso y Modigliani entre otros) y el K21 Kunstsammlung im Ständehaus (con obras del siglo XIX y, según se dice, la pintura de algunas todavía no se ha secado). Como íbamos con el tiempo justo no pudimos entrar en ninguno (creo que para ver este tipo de museos hay que ir con tiempo, tranquilidad y tener un mínimo de idea del tema, cosas que para nosotras en ese momento brillaban por su ausencia).
Musas de la música, el arte, la literatura y la arquitectura |
También nos topamos con la iglesia de St. Andreas, una de las iglesias barrocas más bonitas de la región, pero como estaba en obras no pudimos verla por dentro. Tampoco pudimos entrar en el museo Mahn- und Gedenkstätte für die Opfer des Nationalsozialismus en memoria de las víctimas del Nacionalsocialismo (la entrada es gratuita pero estaba cerrado por obras).
St. Andreas Kirche |
Desde aquí ya se puede ver el Rin en todo su esplendor. Todo lo que a Colonia le falta en la orilla del río, Dusseldorf lo tiene. A un lado hay un paseo precioso (la Rheinuferpromenade ) y al otro se veía césped y un parque que iba a lo largo de toda la orilla.
Después de una parada para comer un par de galletas y beber agua, llegamos al ayuntamiento. En el centro de la plaza hay una estatua del elector Johann Wilhelm III (Jan Wellem para los amigos) que fue quien elevó la ciudad a centro artístico y cultural.
Toda esta zona conocida como Altstadt (casco antiguo) es simplemente preciosa. Está llena de restaurantes, cafés y bares (incluso nos topamos con un restaurante español que cobraba la friolera de 19€ por un plato de paella) y se le denomina “el bar más grande del mundo” por la cantidad de locales que se concentran ahí.
Tampoco pudimos pasar por alto que, a pesar de que el de Colonia es mucho más conocido, Dusseldorf también tiene un cariño especial al carnaval.
También nos pasamos por el museo de Heinrich Heine pero, para no variar en nuestro día, estaba cerrado. Sin embargo, nos encantó este poema dedicado a su ciudad natal que decora una fachada cercana.
¡Por cierto! Que no os extrañe ver una especie de muñecos haciendo el pino repartidos por toda la ciudad. Es el emblema de Düsseldorf y se remonta al año 1288, cuando la ciudad ganó la batalla contra Worringen y los niños lo celebraron dando volteretas por las calles. Otro símbolo que hay por todas partes es :D ¿Cómo no nos va a gustar una ciudad cuyo símbolo es una cara sonriente? Cada vez que lo veíamos nos alegraba el día un poco más.
No nos olvidemos que estamos en Alemania, donde la cerveza es la bebida protagonista. Si la Kölsch es la reina de Colonia, la Altbier (o Alts) lo es de Dusseldorf (evidentemente, que a nadie se le ocurra pedir una Altbier en Köln si no quiere que le escupan en la cara xD). Esta es una cerveza oscura, con un sabor más fuerte, más... más cerveza.
Lo último que vimos fue el Medienhafen, donde la arquitectura moderna es la protagonista. Y, por supuesto, una visita a la Rheinturm. El ascensor cuesta 5€ y puedes ver la ciudad desde unos 170 metros de altura. Incluso si el día es claro, se puede ver hasta Colonia (los piquitos de la catedral y un par de edificios).
El Rin a 168 metros de altura |
¡Ah! Casi me olvido del palacio. Este lo vimos solo de pasada en el coche cuando mi HM nos llevó, pero si vais con tiempo, merece la pena pasarse a verlo. Aunque llevan varios años intentando que lo declaren Patrimonio de la Humanidad, todavía no lo han conseguido. El Schloss Benrath está a unos 10km del del centro y está rodeado de un lago y un parque preciosos. Es del estilo rococó y a mí me recordó mucho al palacio de Brühl.
Curiosidades a destacar:
- El aeropuerto internacional de Dusseldorf es el tercero más grande de toda Alemania y salen vuelos con hasta 190 destinos diferentes.
- Aquí vive la comunidad japonesa más grande de Alemania.
Sé que toda esta entrada está plagada de “precioso” por aquí y por allá, pero es que esta ciudad me maravilló. Tiene un encanto que no he visto en Colonia. Si bien es verdad que no tiene un monumento emblemático, es más tranquila sin tanto turista por todas partes y, para qué negarlo, más bonita. Si estáis por la zona es una visita casi obligada.
Que recuerdos... Fui ahí 3 veces, y la verdad es que es muy pero que muy bonita. Aunque sin duda... si esta diluviando dejas de pensar lo bonita que es y pasas media mañana en el Dunkin Donuts jajajaja
ResponderEliminarNosotras tuvimos suerte y nos hizo un día estupendo. Eso sí, ¡qué frío! Menos mal que entre caminata para arriba y para abajo una entra en calor y no se congela jajajaja
EliminarHola!
ResponderEliminarSoy Ampelfrau desde otra cuenta, he decidido centrarme en escribir sobre viajes y anécdotas sobre ellos, pásate por el nuevo blog si quieres:
http://recorramoseuropa.blogspot.de/
Düsseldorf tiene muy buen pinta, no conocía esa rivalidad con Colonia, parece ser que éstos últimos andan envidiosillos xD. Soy fan del ultimo palacio, el rosa ese :)
Un beso!
Sí, hija sí. Toda esa historia nos la fue contando mi HM en el coche de camino jajaja
EliminarLa verdad es que es muy bonito, fue una pena no poder verlo bien de cerca. Se parece mucho al de Brühl ;) (indirecta para que vengas a Brühl a ver el palacio a y mí :D jajajaja)
Un beso, bonica :)
Jajjaja que maja tu HM, mi HD era igual, contaba un montón de curiosidades así y yo al principio me enteraba de la mitad, así que recurría a la risa falsa en plan "sí sí, tú sigue hablando que me entero de todo y tiene una gracia increíble" xDD. Por suerte más tarde sí le entendía.
EliminarNo me digas dos veces lo de plantarme en Köln que los precios de Flixbus son demasiado tentadores y los jardines de Brühl tienen demasiada buena pinta. Avisada quedas xDDD.
Que bonito!!
ResponderEliminarQue guay que tu HM os llevara :)
Besos
Sí, esta mujer tiene sus cosillas pero es un cielo :D
EliminarUn besote :)