jueves, 15 de mayo de 2014

Extravagancias, sinsentidos e injusticias varias

A lo largo de nuestro año como au pair nos encontramos con situaciones, reglas y momentos que rayan los límites de la lógica, van de la mano de la injusticia y harán que más de una vez nos hagamos sangre en la lengua de tanto morderla para evitar decir lo que pensamos. Y esto es una verdad inamovible. No estoy diciendo que, si en algún momento algo nos parece “demasiado” raro, ilógico o injusto, no podamos comentarlo con la familia e intentar cambiarlo. Pero como en todo, la última palabra la tienen los HP y en muchas ocasiones tendremos que tragar con lo que digan y nos tocará hacer cumplir (o cumplir) unas reglas que son, cuanto menos, descabelladas. Y no lo digo yo sola, no. Cuando un grupo de au pairs se juntan, no se puede evitar la pregunta de “¿en tu familia hacen...?” buscando una respuesta que confirme nuestra sospecha de que los raros son ellos y no nosotras. Y lo normal es que el resto de au pairs, cada una de un país, de una casa, de su padre y de su madre, te miren con cara de “¿pero tú dónde te has metido?”. Porque puede que procedamos de otra cultura, que algunas de nuestras reglas básicas sean distintas, que nos hayamos criado en otros ambientes... pero la lógica es la lógica y aquí hay muchas cosas que no la tienen.

Seguramente muchas sabréis a qué me refiero y tendréis en mente un montón de situaciones en las que tuvisteis que hacer algo a rajatabla a pesar de que os pareciese lo más absurdo del mundo. Igual hay otras que estarán pensando que soy una exagerada y que seguramente todo esto son delirios de una mente irracional. Tanto para unos como para otros, aquí os dejo una lista de ejemplos (propios y ajenos) recopilados durante estos meses que os harán preguntaros “¿en serio?”

  1. La ropa.
Mis niños tienen ya seis años y para la edad que tienen son realmente listos. Saben sumar, multiplicar, dividir, incluso conocen ya algunas raíces cuadradas y algunos números al cubo y al cuadrado (¡y eso que todavía van a la guardería!). Eso sí, HAY QUE VESTIRLOS. Y no interpretéis que hay que ayudarlos para que no se pongan la camiseta al revés o los calcetines en las orejas, no. Hay que quitarles el pijama y vestirlos prenda por prenda. Según la madre, así es más rápido y perdemos menos tiempo. Claro, eso lo entendería si los niños tuvieran que llegar a una hora determinada (como ya he dicho, van a la guardería y pueden entran cuando quieran), si tuvieran el tiempo justo por una u otra razón... Pero, ¿para que quieres que se vistan más rápido si luego se tiran 15 minutos jugando antes de bajar a desayunar? ¿No sería más lógico dejar que aprendieran a vestirse solos aunque lo hagan despacio para que así el día de mañana lo sepan hacer ellos solos a una velocidad decente? Puede que sí, pero de momento ahí estamos por las mañanas, vistiéndolos. 

  1. Lavarse los dientes.
Esta es la regla con la que más desacuerdo estoy y la que más me frustra: a los niños hay que lavarles los dientes después de que ellos se los hayan lavado. Si lo vemos desde el punto de vista de unos padres preocupados por la higiene dental de sus hijos, tiene sentido que quieran asegurarse de que no tengan bacterias asesinas que les pudran los dientes. Si lo vemos desde el punto práctico, es lo más absurdo del mundo. Básicamente porque los niños PASAN (literalmente) de lavarse los dientes y lo único que hacen es marear con el cepillo y comerse la pasta, por lo que no aprenden cómo hay que lavárselos correctamente y no tienen interés alguno en hacerlo.

Y no hay mejor ejemplo que este. Un día, cansada de ver cómo uno de los críos tonteaba con el cepillo en la boca tuvimos una conversación más o menos así:

Au pair: -Si no te lavas bien los dientes, vas a necesitar siempre que te los lave después. Tienes que aprender a lavártelos correctamente.
Niño: -¿Pero para qué me los voy a lavar si luego me los vas a lavar tú? (lógicamente)
Au pair: -Bueno, si lo haces bien, ya no lo necesitarás.
Niño: -No, la mamá dice que hay que seguir lavándolos hasta que aprenda a escribir.
(Niño que llama a su madre, que al ratito asoma la cabeza por la puerta del baño)
Niño: -¿Hasta cuándo vamos a necesitar el lavado de después?
Madre: -Hasta que sepáis escribir correctamente (con tono de convicción absoluto, como si le hubieran preguntado cuánto son dos más dos).
No me vi la cara, pero decir que fue un poema se queda corto. También podríamos esperar a que les salga pelo en las piernas, o barba. Me parece un momento tan absurdo como aprender a escribir para aprender a hacer una cosa tan esencial como lavarse los dientes.

  1. El deporte
Está bien que los niños hagan deporte, que corran y que disfruten del tiempo libre. Sobre todo si alguno empieza a dar señales de sobrepeso. La au pair en cuestión, por orden de la madre, tenía que obligar a una niña algo rellenita a salir, moverse y comer más fruta y verdura. Esto, que parece algo sencillo, le trajo un montón de problemas porque la niña se negaba a cambiar su bollo con chocolate por una manzana. La au pair, que tenía que seguir las reglas marcadas, luchaba con esta niña cada día para que comiera más sano y se moviera. Eso sí, cuando la madre volvía por las noches le dejaba arrasar el cajón de los dulces.

  1. El chantaje
Todas sabemos que el chantaje es la peor forma de educar porque los niños deberían comprender que tienen que hacer las cosas por sí mismos y no ponerles entre la espada y la pared y todo eso. Hasta ahí todo claro. Pero, ¿cómo obligas a un niño perezoso a recoger una habitación que parece haber sido arrasada por un tornado si no le amenazas con la desaparición de ciertos juguetes? O ¿cómo haces que un niño se ponga el pijama si no le amenazas con no leerle su cuento? Igual no os parecerá chantaje, pero estos niños siempre tienen en la boca la palabra “Erpresung!” lista para salir y darte a entender que el chantaje está prohibido y que por ese camino no vas a conseguir nada. Por suerte hay niños medianamente obedientes que al final acaban recogiendo, PERO hay ocasiones en las que te tragas las palabras y recoges porque según las reglas, está prohibido chantajear. 

  1. Ir al aseo antes de salir
Esta es otra de las reglas que, aunque no lo parezca, más me fastidia. Los niños tienen que ir al aseo antes de salir de casa. Sí o sí. Claro, esto es lógico, razonable y comprensible si no quieres tener un niño en medio de la calle a punto de mearse encima. Pero, ¿qué pasa si el niño ha ido al aseo hace CINCO minutos? Pues que también tiene que ir. Y punto. Veamos, es imposible que un niño que fue al aseo hace CINCO minutos (y lo pongo en mayúsculas porque de verdad clama al cielo) vuelva a tener ganas de ir otra vez. Y si dijéramos que se va al monte, de excursión o a algún sitio donde no tenga acceso a un baño, tendría algo de sentido. Pero no, se va a la guardería, dónde hay un aseo por niño.
Y esta regla no la encuentro absurda solo yo, sino ellos, que se enfadan porque, evidentemente, si fueron hace CINCO minutos, lo único que hacen es perder el tiempo y malgastar agua.

  1. Doblar la ropa
Nunca me he sentido en esta casa la chacha o la señora de la limpieza. Al contrario que otras chicas, mis tareas del hogar son muy poquita cosa y entre ellas está doblar la ropa. No quiero aprovechar para quejarme ni lamentarme, no me entendáis mal. Pero después de haberme tirado más de media hora doblando camisetas, ropa interior y calcetines (todo de los niños, claro), no hay nada más alentador que encontrar el armario hecho un desastre, con montones de ropa dejados de cualquier manera y hechos un higo. Mi HM puede dejar así la ropa porque es la HM y yo, sin embargo, tengo que estar una hora doblando inmensidades de calcetines.

  1. La comida
Uno de las regañinas que más presente tengo de mi infancia (y no tan infancia, a día de hoy las sigo escuchando...) era de mi abuela para que me comiera todas las lentejas/sopa/puré... En mi casa, eso de dejar el plato lleno era un pecado y te lo tenías que comer, sí o sí, tardaras más o tardaras menos (ya sabéis el dicho: “lentejas, si las quieres las tomas y si no... las tomas”). Bueno, pues aquí no. Si el niño no quiere comer más, aparta los cubiertos de la forma correcta para indicar que terminó. Y punto. Una de las cosas que más me encoleriza ver como el plato lleno de comida se tira entero porque el crío “ya no quiere más” o porque “no le termina de gustar”. ¿Y qué más da que se tire? Hay más comida en la nevera, ¿no?

  1. Los cubiertos
Siguiendo con el tema de la comida, una de las reglas más estrictas y exageradas es la de respetar los modales en la mesa. Y no es que yo sea una salvaje que come con las manos y se limpia con la manga de la camiseta y evidentemente hay que respetar unas reglas en la mesa, pero os puedo asegurar que en esta casa hay reglas que no se cumplen ni en una cena con el rey. De estas reglas, por cierto, es responsable mi HD, que a veces obliga a los chiquillos a comportarse de una manera que supera la ficción. Ejemplos de esto son:

-La comida no se pincha. NO SE PINCHA. La comida se empuja suavemente con el cuchillo encima del tenedor y entonces, con el correcto ángulo del codo y la muñeca, te lo llevas a la boca. Porque, palabras literales “no estamos en el McDondalds” (porque ya sabéis, los que vamos al McDonalds somos despojos de la sociedad sin educación ni futuro que comen patatas fritas con las manos). Pero vamos a ver, hombre de dios, ¿para qué tienen púas los tenedores si no es para pinchar? Mis conocimientos del protocolo no llegan tan lejos, lo admito, pero... ¿desde cuándo es de mala educación que en el comedor de tu casa pinches la comida con el tenedor? Y repito, PINCHAR LA COMIDA CON EL TENEDOR está mal.

-El ángulo del codo y el movimiento de muñeca son de vital importancia para comer correctamente. Sujetar los cubiertos correctamente también. Y cuidado si no lo haces, que te caerá una charla impresionante. De verdad, respeto que les quiera inculcar a sus hijos que se debe comer correctamente, pero no pretendas que un niño de seis años muerto de hambre preste atención al “ángulo del codo”. O sea, fijarse en el movimiento de muñeca al comer SÍ, lavarse los dientes solos NO.

De momento terminaré aquí la lista, aunque puede que se me vayan ocurriendo o escuchando más cosas dignas de plasmar en una segunda parte (e incluso tercera, si se diera el caso) de esta entrada. ¿Os ha pasado algo parecido por casa o es que yo soy una exagerada de campeonato?


13 comentarios:

  1. Jaja me ha encantado la entrada. Los mios tambien hacen lo de vestirlos aunque yo me niego con la niña.
    Lo de cepilkar los dientes y mear antes de salir lo mismo

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    1. Cuando me toca a mí vestirlos, hago que lo hagan ellos (con música, con juegos o con chillidos, según me de xD) pero tienen ya una edad para aprender a ponerse una camiseta solos...
      ¡Menos mal que no soy a la única que le pasa! jajaja

      Un beso, bonica! :)

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    2. jaja conmigo es o te vistes o te vistes tu eliges jajaja

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  2. La 2.
    Oh dios mio, casi lloro. En mi HF no eran los únicos que ponían fechas y términos absurdos!
    Los dientes también tenía que re-cepillarlos (y hacían lo mismo que los tuyos), y hasta que fuera al colegio . Ah bueno! En mi casa la niña no tenia que limpiarse el culo sola hasta que fuera al colegio también. Eso si, hija, después llegó la época del colegio y ¿Sabes que? Lo seguían haciendo.
    ¿Porque? Sabrá Dios.
    Alemanes, habrá que quererlos....

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  3. La 6, la 6, la 6!!! Odio los días libres por eso, parece que pasa un huracán por la casa, juguetes, ropa, pilas de platos sucios holaaaa?????

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    1. ¡Cómo te entiendo! Los lunes cuando piso la habitación de los críos (los fines de semana son territorio prohibido xD) se me cae el mundo a los pies pensando en todo lo que me tocará recoger... Aish, qué injusticias a veces.

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  4. Ya te ire contando los sinsentidos en mi nueva familia au pair. Yo tambien me voy ¿cuando? MAÑANA!! y tengo unos nervios.....
    Te dej mi blog por si quieres echarle un vistazo http://deaquiainglaterra.blogspot.com.es/

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    1. ¡Ay! Seguro que estás con ese sinvivir en el cuerpo y esa sensación tan extraña de euforia y tremenda tristeza a la vez ;) Aprovéchalo, que cosas así solo se viven una vez! :)

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  5. Hola!! Sigo viva! Jajaja

    Me ha parecido muy curiosa esta entrada. Aqui en USA lo que nos extraña a la mayoria de las au pairs es que, por ejemplo, los niños no saben usar los cubiertos. El mio mayor tiene 14 años y da verguenza verle cortar un filete, como usa los cubiertos... El pequeño (10 años), usa las manos cada dos por tres para coger la comida del plato, y su camiseta al final de cada comida es un despojo... Lo curioso es wue los padres no les corrigen, asi que yo me pregunto: cuando aprenden a comportarse?

    Otra cosa q nos llama la atencion es que se cambiande pijama cada noche. Si nos vamos de viaje por una semana, hay que llevar 10 pijamas distintos. Claro, como no son ellos los que hacen la colada...

    Asi que eso, cada pais tiene sus cosas raras raras xD

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    1. ¿En serio? ¿Un pijama por noche? ¡Eso sí que no me lo esperaba yo! Jajaja
      Pues aquí con el tema de los cubiertos son demasiado estrictos. Que no digo yo que no haya que enseñarles ni muchísimo menos, pero es que llegamos a unos puntos a veces...

      Gracias por pasarte, bonica! :)

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  6. Francamente yo creo que estas cosas que te han pasado ha sido mas bien por tu familia por su personalidad y no por el hecho de ser alemanes. La verdad yo creo que como au pair te tienes que imponer un poco, en la regla 1 por ejemplo, no eres la esclava de nadie y esque es patetico. Como babysitter tambien puedes educar a esos ninos que total, es con un fin bueno que todos agradeceran en un futuro!

    Pero la verdad te voy a hacer un comentario respecto a las 6. A mi viviendo en Colonia me pasaba algo parecido con la television. Yo no podia dejarles ver la tele nunca en esas 6-7 horas que curraba porque esa era la caja del demonio, despues le tocaba al padre cuidarlas 2 horitas antes de que la mami viniera del curro y las dejaba ver 2 horas la tele sin parar. Obviamente al principio no dije nada, pero claro, explicale a un crio que NO LE DEJAN VER LA TELE PORQUE LA MADRE NO LA DEJA. Ellos solo van a pensar que TU eres el palo de la peli, porque muchos nisiquiera realizan que estas currando para esa familia. Asi que, si hay algo que te va a perjudicar NEGATIVAMENTE en tu trabajo, lo tienes que hablar. A veces tiene que haber reglas para todo. Yo con la tele dije que o el padre dejaba verla menos, o yo de vez en cuando podia ponerla...y llegamos a un acuerdo porque vamos, paso de ser la mala todo el rato.

    Un besito!

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    1. Podemos proponer ideas y sugerir, pero la última palabra en la educación de los niños la tienen los padres ;) En cuanto a lo de la ropa, si mi HM lo quiere hacer así, ella sabrá. No lo comparto, por eso cuando me toca a mí encargarme de ellos por las mañanas no los visto y lo hacen ellos solos.
      En cuanto a lo otro, ni me siento denigrada ni la esclava de nadie. Hay cosas que no tienen la misma importancia para mí que para ellos. Por ejemplo, yo no podría dejar la ropa sin doblar en el armario porque me han educado así (mi madre se dedicaba horas y horas a planchar y para ella era muy importante que todo estuviera bien colocado). Sin embargo, mi HM no le da importancia a eso. ¿Que lo podría doblar todo rápido y deprisa y ahorrarme el tiempo? Sí, pero no es así como quiero hacerlo. Claro que es un fastidio abrir el armario y ver la ropa de la colada anterior colocada de cualquier forma, pero como he dicho, para ella eso no es tan importante.

      Muchas gracias por dar tu opinión, siempre viene bien conocer los distintos puntos de vista :)
      Un besico! ^^

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