miércoles, 2 de julio de 2014

Las vacaciones empiezan en junio, pero no para las au pairs

¡Hola hola, caritas lindas!

Otro mes que se va y un mes menos para ponerle punto y final a esta aventura (ay, me emociono ya de pensarlo). 
Entre unas cosas y otras junio ha pasado volando. Bueno, junio o enero, porque a este paso son difíciles de diferenciar. Y es que, sí tuve la suerte de pasar uno de los inviernos más suaves en los nosécuantos últimos años, el tiempo se tenía que vengar de aquellos que entonces disfrutamos de las temperaturas positivas. ¡Y anda que no se está vengando bien! Hace como una semana que no vemos el sol y mi ropa de verano sigue abandonada en lo alto del armario, mirándome con cara de cordero degollado, esperando la ocasión de ser utilizada. Pero es que aquí, aunque brille el sol ¡hace frío! Bueno, tampoco os penséis que vamos con abrigos y bufandas por la calle. Pero por muy espléndido que parezca el día (que los hay, cuidado), mejor llevarte una chaqueta en el bolso. ¿Quién me iba a decir que la famosa frase de "nena, échate una chaqueta por si refresca" que tanto he oído esta vez iba a cobrar sentido? En cuanto el sol desaparece, el ambiente y el aire son fríos y, claro, echas de menos esa rebequita que te dejaste en casa porque, total "seguro que no me hace falta". 

Cuestiones climáticas a parte, el mes de este pseudo junio ha sido bastante tranquilo.

Empezó con un nudo en el estómago por culpa del examen del Goethe que ya comenté. Las primeras semanas las dediqué completamente a estudiar y memorizar listas de verbos con preposiciones (y maldecirme por no haberle hecho nada de caso a los libros estos meses... Lo sé, mea culpa). Pero bueno, a pesar de los ataques de nervios y las noches con pesadillas (soñaba que hacía el examen y estaba en chino ¡maldito subconsciente!) sobreviví y pude volver a mi vida tranquila de siempre.

El primer sábado del mes tuve el escrito y como era en Bonn, quise aprovechar para hacer un poco de turisteo. Pero no conté con que ese día haría un calor horroroso (calor de Alicante un día de agosto a las dos de la tarde, no digo más) y tras pasear un poco por el centro decidí no correr el riesgo de  sufrir una lipotimia y me fui a mi fresquita casa.

El domingo, aprevechando el exceso de buen tiempo fui con una amiga a ver uno de los lagos de Brühl, algo que tenía pendiente en mi lista de cosas que hacer desde hacía tiempo. Los meses de bicicleta estática en el gimnasio han dado sus frutos y mientras la pobre chica llegó medio muerta, yo llegué solo un cuarto. Nos planteamos la idea de darle la vuelta al lago, pero fuimos realistas y nos quedamos en un huequecillo que hacía el camino donde el agua no estaba profunda y pudimos meter los pies.




Pocas horas después de esa espléndida tarde, cayó en NRW la peor tormenta de los últimos diez años, que causó graves daños en varias ciudades y acabó con la vida de cinco personas. Ver para creer.



El siguiente sábado, el del oral, sí que hizo un tiempo decente para pasear por la calle sin que se derritieran las suelas de los zapatos y aproveché para visitar algunos sitios de Bonn que tenía pendientes. Uno de ellos era el Cementerio Antiguo (añado el comentario de mi abuela "hija mía, de to' lo que hay pa' ver y tú te vas a un cementerio" jajaja). Es uno de los más antiguos de Alemania y en él están enterradas varias personas importantes de la región, la madre de Bethoveen y el músico Schumann con su mujer entre otros.






Como ya sabréis, los cementerios por estas tierras (igual que en Inglaterra, creo) parecen parques. Había lápidas muy muy antiguas y muchas estaban enterradas varias familias juntas. De hecho, me entretuve mucho en una tumba muy grande, descubriendo los parentescos de todos los que estaban enterrados allí (recordad que las mujeres cambian el apellido al casarse, aunque en la lápida aparece también el de soltera, y a veces es difícil relacionar parentescos). No sé si sería blasfemo, pero en mi cabeza no paraba de sonar la canción de Mecano "y los muertos aquí, lo pasamos muy bien, entre flores ¡de colores!" ¿La conocéis?


Después del paseo, me fui al museo Haus der Geschichte (Casa de la historia) que trata la historia de Alemania desde el final de la guerra. Es bastante interesante, con muchísimos documentos originales, carteles, fotos, ropa, cine... No solo trata de política, sino que tiene de todo un poco. Personalmente, me gustó mucho cómo estaba organizado y los "decorados": por ejemplo, en el apartado que trataba de la prensa, había un pequeño kiosco con periódicos, como si fuera de verdad. Una de las cosas que más me llamó la atención fue una pantalla donde iban pasando fotos de lugares emblemáticos de algunas ciudades alemanas inmediatamente después de la guerra y diez años más tarde. Es increíble ver cómo el país entero se recuperó de tal destrucción en tan poco tiempo. Si pasáis por ahí, no os vayáis sin haberle echado un ojo porque de verdad asombra. Sin embargo, he de decir que a veces la cantidad de información apabulla demasiado y confieso que al final acabé dejando de lado los pequeños detalles. Hay que estar pendientes a la megafonía, porque por ahí avisan las visitas gratis por las exposiciones (yo me apunté a una sobre la evolución de los parques y jardines particulares que, a pesar de que el propio nombre suene aburrido, no estuvo mal). Y lo más importante ¡entrada gratis!

El domingo volvió a hacer bueno (ahora que lo pienso, soy una mentirosa, he empezado esta entrada quejándome del mal tiempo, pero entendedme, soy de la costa ¿mal tiempo en junio?) y aproveché para ir con una amiga al jardín botánico de Colonia. Esa idea no la tuvimos solo nosotras, sino media ciudad. A pesar de la multitud pudimos verlo bastante bien y, como no, ¡entrada gratis!

Prometo que hice fotos, pero deben estar en una dimensión oculta de mi ordenador porque no las encuentro.

Voy a saltarme el siguiente fin de semana porque, total, no hice nada digno de mencionar a parte de robar un póster en la VHS y vamos a ir al grano. ESTE fin de semana. EL fin de semana.

El sábado pude conocer y hablar con la mismísima Kerstin Gier, una autora alemana de literatura para adolescentes y mujeres. Y es que al principio del mes me entró la vena "alemanizadora" y me puse a buscar libros en alemán de verdad, nada de traducciones. Y topé con la Edelstein-Trilogie (la Trilogía de las piedras preciosas). Es, por así decirlo, como la saga Crepúsculo a la alemana, pero en lugar de con vampiros, con viajeros en el tiempo (así explicado no tiene nada de chicha, pero la historia me enganchó muchísimo). Investié un poquito a ver si la autora haría alguna aparición en público y sonó la flauta. Resulta que está de promoción del segundo libro de su nueva trilogía Silber y la presentación sería en Colonia el sábado 28. Y ahí que me planté yo, con mi libro leído y las ansias de seguir con la historia, rodeada de adolescentes con aparatos y señoras (repito, señoras) más emocionadas que las más jóvenes.
La autora fue un encanto: leyó un par de capítulos, habló bastante de la trama y respondió mil y una preguntas. Y al final, fue firmando los libros.

Cree en tus sueños
Y esto no es todo, amigos. Cuando le dije mi nombre para la dedicatoria, me preguntó que de dónde era y todo eso. Y, sin saber cómo ni por qué acabé dándole mi dirección para que me envíe la edición española del primer libro (que justo salía ese día en España). Oye, que igual la mujer lo dijo por decir, pero ¡ay! ¿Y si lo hace de verdad?(MODO fan-obsesa-adolescente ON).

Y el domingo, para seguir con EL fin de semana, tenía el concierto de Revolverheld, una banda alemana que conocí estando aquí y de la que estoy enamorada.
No era un concierto propiamente dicho, si no un festival y tocaron otros grupos que también me gustaron mucho y que ya tengo fichados por Spotfy. A pesar de las amenazas de lluvia y de que fui sola (en realidad casi siempre voy sola a todas partes, ya no es algo que me extrañe) me lo pasé de lujo, canté a grito pelao' y añadí un pin a mi colección.

Jennifer Rostock - mi nuevo descubrimiento




Y eso ha sido todo. De momento. Ay, entro en la fase final y estoy con una mezcla de alegría y tristeza que no es nada sana. Con muchas ganas de volver y empezar planes nuevos pero con mucha pena de dejar mi vida aquí. Y a la vez con muchas ganas de abandonar niños gritones y madrugones inhumanos y sin ánimos de volver a la rutina de siempre. ¿Veis lo complicado que es?

¡Un besote!

4 comentarios:

  1. Es muy complicado, yo también estoy en la fase de emoción / depresión, del "¡ay, que me voy!" y el "ay... que en nada me tengo que ir...". Me han llegado a preguntar hasta si tengo la regla, con tanto cambio de humor xD

    ¡Qué chulas las fotos del concierto y del cementerio! Espero que tocaran Spinner y la cantases por mí... D:

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    Respuestas
    1. ¡Por supuesto que cantaron Spinner! ¡Y por supuesto que hice un video (donde se me oye cantar horrorosamente, por cierto xD) para enseñártelo y darte envidia! :D

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  2. Que bien vives tía y que fotos mas chulas :) A ver si encuentras las de los jardines botanicos :)

    Huy esa bipolaridad sin sentido de la recta final cuanto te entiendo. Cuando vas exactamente?
    Besos

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    Respuestas
    1. Bueno, los fines de semana compensan las semanas de gritos y broncas con los niños jajajaja Eso espero, si no, siempre puedo volver y hacer más :D

      ¡Maldita bipolaridad! Y lo peor es que todavía irá a peor con los días...
      Me voy el día 4, en un mes justito ¡ay!

      Un beso, corazón :)

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